Autora: Olalla Pons Género: R. Histórico/Contemporáneo
Editorial: Ediciones Hades ISBN: 978-84-940684-6-1
Pluma Roja, es un guerrero lakota predestinado a ser el jefe de su pueblo. Pero no puede cumplir tal responsabilidad hasta hallar el significado de la visión que le dio su nombre, por ese motivo decide emprender un viaje iniciático donde conocerá a Lady Georgiana Herbert, condesa de Shaftesbury.
Georgiana, tras dar por muerto a su esposo en una batalla en la cual se han visto sorprendidos, escapará ilesa y en el camino de huida se encontrará con Pluma Roja. El amor y el deseo surgirán de inmediato y juntos decidirán emprender el viaje de regreso hacia la Nación Lakota.Pero Pluma Roja no es más que una ensoñación de Eliza, una joven del siglo veintiuno aficionada a la escritura, que no está dispuesta a entregar tan fácilmente su corazón a Julio, un domador del club de hípica donde entrena que le recuerda al protagonista de su novela. Juntos se verán envueltos en una serie de situaciones que les transportarán constantemente a sus vidas pasadas.¿Lograrán Julio y Eliza comprender sus visiones? ¿Volverán a estar juntos Pluma Roja y Georgiana?No te pierdas esta apasionante historia de amor. Un amor que se aloja en el alma y perdura más allá del tiempo. Una historia de amor truncado por la intolerancia, que logrará vencer la injusticia del hombre y transportará al lector a un mundo mejor y lleno de esperanza.
He terminado Pluma Roja con
muy buenas sensaciones. Reconozco haberme fijado en el libro porque me recordó
la serie Comanche de Catherine Anderson (que ya sabéis que adoro), pero son historias muy
diferentes, tanto en estilo como en trama. Olalla Pons ha escrito una historia
que ha sabido engancharme desde el primer momento gracias, entre otras cosas, a
que las dos historias de amor que narra me han llegado.
Por un lado tenemos la historia de Pluma Roja, un guerrero lakota que
siente que no ha encontrado la pieza que le falta para sentirse completo y emprende un viaje
espiritual que le llevará a relacionarse con algunos blancos y, sobre todo, a
encontrarse con Georgiana, quien se ha visto arrastrada por su marido a una
tierra hostil, en guerrera por culpa de la avaricia de ingleses y franceses.
Las diferencias sociales entre ellos parecen insalvables, pero ambos
comprenderán que, a veces, quien de verdad manda es el corazón. El romance
entre Pluma Roja y Georgiana me ha encantado, me ha parecido dulce, bonito y
muy agradable. A pesar de ser tan diferentes (él es un hombre sencillo que ama
a su tribu y a la naturaleza, y ella una mujer consentida, caprichosa y con
mucho carácter) consiguen construir algo bonito, de una forma natural y
creíble. La complicidad que se establece entre ellos es uno de los puntos
fuertes de la historia, pero aún más me ha gustado la importancia que los
sentimientos tienen para los protagonistas, que se arriesgan y sacrifican por
el otro.
Por otro lado, tenemos la historia de Julio y Eliza, situada en el
presente. Ella acaba de salir de acabar con su pareja y se encuentra hecha
polvo: no quiere salir de casa, no hace más que comer helado y escribir una novela romántica con la que se siente profundamente conectada. Pero
las buenas amigas están para algo, y, animada/obligada por Sarah, Eliza volverá
a la normalidad, lo que supone ir a entrenar todos los días al club de hípica,
donde se encontrará con Julio, uno de los nuevos empleados. Y sí, la chispa
surgirá entre ellos aunque Eliza se oponga a comenzar una relación tan pronto,
y es que Julio es demasiado encantador y paciente como para resistirse. También
esta relación me ha gustado mucho, sobre todo por él, que me ha conquistado.
Ya no existía el ciervo, ni el caballo, ni los lobos, ni la noche de luna llena, ni el dolor de las contusiones, ni cualquier otra cosa sin importancia. Ahora solo existía ella, y por extraño que pudiera parecer, eso lo transformaba en un hombre feliz. Solo deseaba que abriera los ojos para perderse de nuevo en aquel océano gris.
Me ha sorprendido lo bien que ha sabido llevar la autora ambos
romances, dándoles sus tiempos, adecuándolos a la época en la que pertenecen y haciendo
la transición entre uno y otro sin brusquedad. Pero, sin duda, lo que más me ha
gustado ha sido el modelo de protagonista masculino que presenta. Tanto Julio
como Pluma Roja me han encantado. Son hombres pacientes, generosos, amables, sensibles,
comprensivos… y la lista sigue y sigue. Sí, también son machos alfa, pero no
tan dominantes y protectores como estamos acostumbradas a leer. En cuanto a
Eliza y Georgiana, son dos mujeres de mucho carácter, pero también compasivas y
sensibles. Están bien perfiladas y me parecen coherentes.
Olalla Pons tiene una prosa directa y sencilla, cuenta las cosas de
tal forma que te facilita mucho la lectura y sabe integrar con acierto momentos
divertidos dentro de la trama. No es una novela excesivamente descriptiva, pero
sí deja traslucir el amor y respeto que siente la autora por la naturaleza.
A pesar de todo lo que me ha gustado, he encontrado ciertos detalles
que deslucen el resultado final. Para empezar, al libro le hace falta una
segunda revisión para que se corrijan los problemas de puntuación (me he
encontrado muchísimas comas mal puestas). El final, como en tantas otras
novelas, me ha parecido precipitado, tanto por lo rápido que sucede todo como
por la cantidad de interrogantes que se dejan en el aire. Creo que para llegar al
desenlace al que se llega se necesitaban más pasos intermedios, porque
aunque muchas cosas las iba intuyendo, otras no las puedes imaginar, y la rapidez le resta credibilidad a los sucesos finales. Teniendo en cuenta que
Pluma Roja y Georgiana hablan idiomas diferentes, creo que se soluciona con
demasiada facilidad el asunto de la comunicación entre ellos. Por otro lado, me
hubiera gustado que se diera más información sobre el proceso de adaptación por
el que pasa Georgiana cuando decide obedecer a sus sentimientos, creo que ahí
la autora nos podría haber regalado algunas páginas más.
Pluma Roja me ha gustado especialmente por sus protagonistas masculinos, pero también porque narra dos bonitas historias de amor que me han sabido llegar.