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Reseña: Martina en tierra firme, Elísabet Benavent

15 abril 2016

Elísabet Benavent · 2º-Horizonte Martina· R. Contemporáneo/ Chick-lit · Suma de letras

Menuda novela se ha marcado Elísabet Benavent. Martina con vistas al mar me gustó bastante, me ofreció justo lo que esperaba de la autora, una novela personal y con el estilo que caracteriza a Beta Coqueta, divertido, actual, con mensaje y directo. La historia arranca donde lo dejó en el anterior libro, pero cambia el tono, la trama se vuelve más complicada, profunda y realista, madura y ofrece al lector algo igual de intenso, pero distinto. 
Si te llamas Martina y te has enamorado perdidamente de Pablo Ruiz...
Si te has dejado llevar y te has soltado la melena...
Si juntos habéis hecho y dicho cosas que jamás imaginasteis...
Eres la protagonista de esta historia y tu vida está a punto de ser otra.
Quedarás a la deriva, perderás el norte,
y poco a poco estarás más lejos de tu hogar en tierra firme.
Después del éxito de «Saga Valeria», «Saga Silvia» y la trilogía «Mi elección», con más de 400.000 ejemplares vendidos, Elísabet Benavent pone el broche de oro a «Horizonte Martina», una bilogía que cuenta la historia de dos seres que caminan para encontrarse, aunque lo hagan en direcciones opuestas. Una historia de amor imparable, con luces y sombras, con secretos y contradicciones, un final de vértigo que te dejará sin palabras.
Es difícil hablar de la novela sin caer en spoilers. Martina y Pablo vuelven a estar en el centro de la historias. Las medias verdades de Pablo le han explotado en la cara, han herido a Martina y hes han roto a ambos. Cuando las cosas no podrían ir peor, un nuevo suceso sacude la vida de Martina y todo vuelve a cambiar de nuevo. He disfrutado muchísimo de la evolución de esta pareja. Me los he creídos, me han resultado sinceros, intensos, realistas y fieles a sí mismos. Su amor no siempre es fácil, el pasado de Pablo, ese enamorado del amor, pesa mucho, y no lo hace menos la forma de ser de Martina, esa especie de ciborg que parece estar despertando a la vida de una forma brusca, al lado de alguien que siente demasiado. Todo lo que tienen que vivir, la forma de afrontarlo, el resultado final... todo me ha convencido. Martina puede resultar cansina, qué expresión más florida, pero en ciertos aspectos la he entendido. Cierto es que no he llegado a empatizar con ella, pero su forma de actuar, muchas veces débil, pesimista y egoísta, me ha parecido coherente con su carácter, para bien o para mal. Y en cuanto a Pablo...¡necesito un Pablo en mi vida! No es un hombre perfecto, tiene sus cosas, comete muchos errores, pero sigue siendo un personaje intenso, poético y profundo. Sus pintas me han hecho gracia, han completado a la perfección su personalidad, su forma de enfrentar su relación con Marina me ha gustado y su maduración también.

Amaia y Sandra vuelven a aparecer en esta historia, cada una vive un momento distinto y atraviesa por situaciones muy agridulces. La de Amaia me ha parecido una historia más predecible, aunque me ha gustado. Y en cuanto a Sandra, su historia me ha parecido coherente. No es un personaje que se haya ganado mi simpatía, no he percibido en ella una mínima evolución y su final era algo que esperaba y que me ha gustado (por raro que pueda sonar a quienes hayan leído la novela).

Martina en tierra firme es un producto muy propio de Elísabet Benavent. La autora conserva un estilo descarado y actual, ofrece una historia llena de mensajes, crea un protagonista masculino que arranca suspiros y monta una historia larga que se lee bien. La autora ofrece intensidad y pasión, sus señas de intensidad, pero cambia levemente el tono, que se vuelve un poco más serio.  Se abordan temas diferentes e interesantes en esta novela, que quizá se excede un poco en la extensión. No soy fan de Elísabet Benavent, aunque sí me gustan sus historias, quizá esto haya ayudado a que mis expectativas no estuvieran por las nubes, lo que unido a la profundidad y al giro que da este segundo libro, ha hecho que me lo haya pasado bien leyéndolo y que lo haya disfrutado.

Reseña: Martina con vistas al mar, Elísabet Benavent

23 febrero 2016

Elísabet Benavent · 1º-Horizonte Martina· R. Contemporáneo/ Chick-lit · Suma de letras

Elísabet Benavent se ha convertido en una de las autoras románticas con más éxito en el panorama literario español actual. Todo lo que toca parece convertirse en oro, sus novelas están en todas partes, las lectoras enloquecen con ella y le llueven las críticas positivas. Si hay algo que me gusta de esta autora es que tiene un estilo muy personal, le habla de tú a tú a las mujeres de hoy en día y les da el poder de soñar sin despegarse del todo de la realidad. Elísabet tiene un estilo fresco, desenfadado y actual, habla de la mujer de hoy en día, moderna, alocada y complicada, y sí, no todas somos así, pero es agradable encontrarse con sus personajes. La autora defiende y perpetúa su estilo, al fin y al cabo es lo que ha logrado que conecte con las lectoras, y en  Martina con vistas al mar nos ofrece una historia que mantiene su esencia, alocada, actual, divertida y fresca, con el poder de conectar con el lector.
Si te llamas Martina, llevas siempre la melena recogida, eres absolutamente cerebral...
Si te has formado para ser chef y perteneces al equipo de El Mar...
Si has sentido un chispazo al conocer a tu jefe, Pablo Ruiz, excéntrico cocinero con estrella...
Si no soportas su indumentaria hípster, pero te irías a cualquier parte si él te lo pidiera...
Eres sin dudarlo la protagonista de esta historia...
Y tu vida, tan ordenada, está a punto de cambiar.
A Martina a veces la confunden con un ciborg; su vida es ordenada, lineal y rutinaria, huye de cualquier manifestación de sentimientos, no se le dan nada bien las relaciones sociales y posee una sinceridad aplastante. Después de acabar una larguísima relación sentimental quiere permanecer tranquila y sola, pero todo cambia cuando pasa a ser jefa de partidas en El Mar, el restaurante del famosísimo Pablo Ruiz, un chef excéntrico, mediático y muy temperamental que tiene en la palma de su mano a medio mundo. Martina no quiere tener nada con Pablo, una persona con quien solo le une la cocina, tan distinto a ella, inquieto e intenso, con un estilo hípster que le pone los pelos de punta y con una filosofía vital opuesta a la suya. Y encima su jefe. Pero Martina se dará cuenta de que no tiene poder sobre sus impulsos y sentimientos, Pablo será una fuerza imparable, irrumpirá en su vida para trastocarlo todo y nada volverá a ser como antes.

Martina y Pablo son pura fuerza. Hacen una pareja impresionante, atractiva y caótica, pero muy bella. La autora ha logrado no solo que el lector se crea su relación, sino que quede encandilado con ella, que disfrute de cada momento, de cada canción, de cada encuentro, de cada revolcón. Pablo es especial, una fuerza de la naturaleza, un hombre muy poético, intenso en todo lo que hace. Con él no valen las medias tintas, vive la vida al límite, siempre apuesta todo lo que tiene. Es también un hombre enamorado del amor, propicio a sacar relaciones de donde no hay nada, tendente a los extremos, con una capa emocional fina que le hace vulnerable. A Pablo hay que conocerle y quererle como es, con lo bueno y lo malo.

Pero no solo es la historia de Martina y Pablo la que se lleva todo el interés del lector. Las compañeras de piso y mejores amigas de Martina, Amaia y Sandra, tendrán mucho que decir en esta historia. No quiero revelar detalles, pero sí me gustaría comentar la riqueza de temas que aborda a autora con estos dos personajes y el realismo y cercanía que logra alcanzar. Es imposible no sentirse identificada con algo de lo que les pasa a cualquiera de estas tres mujeres y, en mi opinión, eso engancha.

Martina con vistas al mar ha sido una buena lectura, algo que me esperaba. Elísabet Benavent ofrece el tipo de historia que sus lectores esperan: divertida, actual, realista, romántica e intensa. Entre sus páginas nos encontramos con el estilo desenfadado y cercano de la autora, con mujeres de carne y hueso y temas actuales de gran interés para la población femenina.

Reseña: Carlos, Paula y compañía

13 septiembre 2015

Fernando Alcalá/ Chick-lit/ Harlequín
Hay cosas que un hombre jamás debería consentir. No debería permitir que se le cayera el pelo antes de los treinta, que dejaran de echar el fútbol por la tele, que una chica le ganara a los videojuegos, que alguien comprara su ejemplar reservado de la revista Playboy en el kiosco de la esquina o que, de pronto, su madre se negara a hacerle la colada. Está claro que esto es completamente inaceptable; pero, aun así, por encima de estas cosas, aún hay algo que un hombre no debería pasar por alto: Nunca, jamás en la vida, bajo ningún concepto, en ninguna ocasión, cualquier hombre que se vistiera por los pies debe aceptar que su novia y su mejor amigo más guapo, más listo y con más éxito que él se conozcan. Mucho menos que hablen a escondidas. Y mucho, muchísimo menos, que acaben acostándose.
Soy Carlos Martínez, la novia de la que hablo es la mía, el mejor amigo también y eso que he contado antes me ha pasado a mí.
Pero afortunadamente no estoy solo en todo este melodrama. Por un lado tengo a Rey, amiga, consejera espiritual y apoyo permanente; y por otro tengo a Óscar, bombero raudo cuando arrecia algún que otro incendio personal o afectivo. Porque que tu novia se haya liado con uno de tus mejores amigos es, definitivamente, no ya un incendio, sino una bomba atómica que requiere de atención especializada; y mis amigos son expertos en eso: en aguantar estoicamente mis explosiones de dramatismo.
Claro, que no todo es lo que parece y a lo mejor estoy equivocado en esta historia. Y es que esto es lo que suele ocurrir cuando somos los hombres los que las contamos. Que nos perdemos entre tanta parafernalia emocional. O a lo mejor es lo que ocurre cuando soy yo el que la cuenta, que soy hombre y encima soy yo. No lo sé. De cualquier manera, solo hay que leer para comprobarlo...
Carlos, Paula y compañía es una comedia romántica espontánea, divertida, con chispa y encanto y muy entretenida. Entiendo porqué  ha sido finalista del Primer Certamen HQÑ, es una historia entretenida, ligera y ágil, muy refrescante gracias a la voz de su narrador, Carlos, que está muy lejos de ser una héroe romántico, pero sí logra arrancarnos más de una sonrisa.

Una de las cosas que diferencia a esta novela de otras es que se enmarca dentro de la chick-lit, pero abordada desde un punto de vista masculino, lo que ayuda a que se rompan algunos mitos y a que nos metamos en la mente de un hombre que le da vueltas a todas las cosas y es sensible sin sentirnos extrañas. Fernando Alcalá logra que la distancia entre hombres y mujeres se acorte y nos presenta a un protagonista que se gana el cariño del lector al instante. Carlos tiene encanto y su torpeza resulta tierna y conmovedora. Es enamoradizo y tiene grandes ideales románticos. Sus meteduras de pata, sus líos, sus debates internos... me han parecido creíbles y divertidos.

El amor no es el único protagonista de la novela, la amistad está también muy presente. Personalmente me ha gustado mucho la relación entre Carlos y Rey, su mejor amiga. La camaradería. la mutua comprensión, la confianza y el choque de visiones enriquecen mucho la historia. Por supuesto, Carlos se enfrenta a diferentes situaciones que ponen sobre la mesa, de una forma ligera y teñida de humor, temas que preocupan a gran parte de la población: nuestra vida personal, encontrar el amor y el miedo a no hacerlo...

Carlos, Paula y compañía es una historia con la que desconectar; divertida, sencilla, amena y fresca. Destaca por su voz narrativa y por la forma en la que se aborda la vida sentimental de un hombre que es capaz de quitarse la armadura y dejarnos ver sus debilidades. Me ha parecido un chick-lit diferente, alejado de lo que se espera del género y capaz de arrancarnos más de un puñado de sonrisas.

Reseña: Treintañera (y a mucha honra)

06 marzo 2015

Amabile Giusti/ Chick-lit/ Esencia
Carlotta está a punto de cumplir los treinta y se considera una gafe crónica. Sólo llega al metro sesenta con tacones altos, tiene una familia que está completamente loca y no ve en el horizonte a un novio como Dios manda. Y por si eso fuera poco, acaba de dejar su trabajo y ahora se ve obligada a alquilar una de las habitaciones de su apartamento para llegar a fin de mes. Luca, el nuevo inquilino, tiene muchos pros: es escritor, guapísimo y muy simpático, pero en cambio: es desordenado, fuma mucho y suele llevar a sus conquistas a casa. A pesar de que Carlotta nunca lo admitirá, se está enamorando de ese macho depredador que trata a las mujeres como a objetos de un solo uso. Entre su madre pidiéndole que se centre de una vez, un nuevo trabajo que debe inventarse y muchos encuentros cercanos con Luca y sus novias, Carlotta aprenderá que para convencer al resto del mundo de sus posibilidades primero tiene que creer en sí misma y aceptarse tal como es: una mujer verdadera, ni jovencísima ni bellísima, pero llena de determinación y capaz de encontrar su lugar en el mundo.
No tenía pensado leer Treintañera (y a mucha honra). Los libros de este tipo, que parecen reivindicar ciertos temas relacionados con la edad, la mujer y el cuerpo no son lo mío. Pero cuando me llegó por sorpresa, muy bien presentado, y leí su primer capítulo, solo por probar, no me pude resistir. ¡Qué ganas de leer y qué sorpresa me he llevado! Me lo he pasado fantásticamente bien leyendo la novela, que me ha durado un suspiro, me ha parecido una historia fresca, divertida, actual y entretenida. No aporta nada nuevo, ofrece una historia conocida por todos, pero la forma de contarlo, la voz de su protagonista, Carlotta, es tan divertida y especial que marca la diferencia.

Carlotta tiene como inquilino al amor de su vida, Lucca, un escritor y barman que cada noche disfruta de una sesión de sexo alocada con cualquier desconocida. La pobre se retuerce de la rabia y de celos y sufre en silencio, aunque, secretamente sabe que esas mujeres no significan nada para Lucca (claro que eso no le hace albergar esperanzas: sabe que él odia el compromiso y no cree en las relaciones ni en el amor). Si su vida amorosa es un desastre, lo demás tampoco le va demasiado bien: está en paro, su madre no para de inmiscuirse en su vida y su hermana, altísima, guapísima y una triunfadora nata, intenta arrebatarla todo lo bueno de su vida. Con este panorama, Carlotta está a unos meses de llegar a la treintena, algo que no le hace especial ilusión. ¿Cambiarán las cosas para ella?

El gran acierto de esta novela es el tono de su protagonista. Carlotta es una mujer normal y corriente, con sus defectos y la autoestima un poco tocada, pero con mucho sentido del humor, ingeniosa y campechana, capaz de arrancarte una sonrisa sin pretenderlo. Sus vida puede resultar un tanto caótica, agobiante si contamos con la intervención de su familia, pero ella sabe sacarle chispa a cualquier situación. Son sus salidas de tono, sus divagaciones, sus alocadas comparaciones y su visión de sí misma, a veces realista, otras crítica en exceso, lo que hace que su visión de la historia sea tan divertida y atractiva. Porque, esto debo reconocerlo, la historia ha llegado a pasar a un segundo plano para mí en ciertos momentos, me interesaba más la propia protagonista que su romance con Lucca.

La novela no encaja dentro de la romántica contemporánea como tal, para mí se encuadra mejor dentro del chick-lit debido al tono, las situaciones, el tipo de romance y los temas que se abordan. La historia busca que el lector pase un rato divertido y lo consigue de sobra. El ambiente es distendido y divertido, prevalece lo cómico a pesar de que algunas situaciones sean tristes y te tengan con lágrimas en los ojos. La lectura es ágil y ligera. En cuanto al romance, me ha convencido en líneas generales, me ha parecido bonito y no he sido tan exigente como lo hubiera sido de tratarse de RA. He entendido los sentimientos de Carlotta, me ha gustado su amistad con Lucca, como ambos cometen errores, se hacen daño, tienen miedo... Eso sí, creo que hacia el final se vuelve precipitado (un poco como la historia en general).
Treintañera (y a mucha honra) es una lectura divertida, emotiva y fresca, protagonizada por una italiana algo perdida pero con mucho ingenio que quiere encontrar a su príncipe azul, pero está enamorada de un hombre que va de cama en cama. Entre sus páginas nos vamos a encontrar con una historia de amor actual salpicada con los problemas propios del amor y, además, con el aprendizaje que la protagonista lleva a cabo: conocerse mejor a sí misma y asimilar qué le queda del choque entre realidad, expectativas, sueños y errores.

Reseña: Ligar es como montar en bici

08 noviembre 2014

Ligar es como montar en bici
Autora: Brandy Manhattan       Género: Chick-lit
ISBN: 978-84-15420-74-3       Editorial: Ediciones B
Lunes de agosto. Siete de la mañana: bronca monumental con mi chico; ocho y cuarto: me despiden; nueve y media: sorprendo al muy desgraciado con otra. ¿Qué haríais vosotras, eh? A lo mejor sois más valientes y hubierais cogido el toro por los cuernos… pero como allí los únicos cuernos me los habían puesto a mí lo que cogí fue mi maleta de Prada. ¿Que por qué me largué a Londres? Porque tengo la doble nacionalidad y un piso compartido.
Pero no esperaba encontrarme a dos compañeras convencidas de que el amor es para locas, débiles o cobardes… ni a un vecino médico que conseguía que mis braguitas se revolucionaran solo con verlo… ni hacerme amiga de Maria, un ejemplo de superación…, ni a su primo, que resultó ser mi actor favorito y que estaba más bueno que comer con los dedos.
Ni descubrir que dejar los problemas en España no significaba superarlos. O que la autoestima no se reinventaba. O que no tenía ni idea de cómo funcionaban los rollos de una noche.
¿Queréis que nos tomemos una copa y os lo cuento con más calma? Id llamando al camarero y pedid una botella de vino: invito yo. Ah, por cierto: me llamo Victoria Adams. No es broma.
Ligar es como montar en bici es una novela pensada para que el lector se lo pase bien, desconecte y se ría con las locuras y vivencias de su protagonista, Victoria Adams. Y no, lo del nombre no es broma. Es una novela para chicas, divertida, descarada, picante ligera y exagerada por momentos. Está narrada de forma fluida y cercana sin caer en un estilo excesivamente sencillo y coloquial, te da la sensación de estar escuchando a una amiga que te relata sus peripecias. Y es que, mientras pasas páginas, es imposible no encariñarse con Victoria, una mujer que tiene el poder de sacarte de quicio y enfadarte, pero que también te enternece y te divierte con sus ramalazos y sus locuras.

Victoria no podía haber tenido un día más espantoso: de buena mañana discute con su chico, la despiden y al regresar a su hogar se encuentra con que el que debía ser el amor de su vida la está engañando. Así que Victoria, con el corazón roto, se lía la manta en la cabeza y se marcha a Londres, donde tiene un piso compartido, para comenzar de cero. Lleva diez años en una relación que ha acabado en desastre y ha llegado el momento de pasarlo bien, de coquetear, ligar y disfrutar del sexo. Todo ello de la mano de sus nuevas compañeras de piso y amigas. Y no nos podemos olvidar de Ashley, su atractivo vecino del quinto, médico y gay. ¿O no? Porque no deja de enviarle señales contradictorias y Victoria y sus hormonas están desatadas.

Si algo diferencia a esta historia de otras por el estilo es su tono, que posee la capacidad de divertirte y de hacértelo pasar bien incluso cuando los elementos más exagerados aparecen en acción. Hay cercanía entre el lector y Victoria, hay momentos divertidos y alocados, hay amistad y hay amor. También hay una mujer que lleva demasiado tiempo inmersa en una relación que ha provocado que sus dotes de seducción se hayan oxidado un poco –o mucho–. Victoria tiene que aprender a ligar de nuevo, a manejar los encuentros que solo buscan el placer y a disfrutar de todo lo que la vida pone ante ella. Y en medio de todo esto, descubrirá el amor, aunque no será sencillo: Ashley no deja de confundirla, la lleva hasta el límite del deseo (la pareja tiene pocas escenas de este tipo, pero ¡vaya escenas!) y después se muestra frío y distante.
Ligar es como montar en bici es una historia divertida, descarada, vitalista, entretenida y ligera, ideal para desconectar y pasarlo bien con su protagonista, Victoria Adams, de la que nos convertimos en complices. Y no nos olvidemos de Ashley, el delicioso Ashley.

Reseña: Encontrando a Silvia

14 septiembre 2014

Encontrando a Silvia
Autora: Elísabet Benavent         Género: R.Contemporáneo/Chik-lit
Editorial: Suma de letras            ISBN:  97884836594
Silvia necesita estar al lado de Gabriel, saber que está bien.
Pero Gabriel no cree en el amor; no como Silvia.
Silvia tiene problemas con Álvaro cuando recibe una oferta irrechazable.
Silvia busca señales; desea encontrarse.
Pero el lado oscuro de la fama y una personalidad autodestructiva la pondrán a prueba.
Aquella Silvia enamorada, arrobada y obsesionada con Álvaro ha quedado el pasado. Después de haber conocido a Gabriel, un cantante de éxito, una nueva vida se despliega ante ella. Pero lo que parecía ser un camino de rosas, todo amor, sexo y diversión, se torna en algo oscuro y doloroso. Gabriel no es el príncipe que todas deseábamos, como sabiamente él nos advertía, y en esta segunda parte sacará a la luz su peor cara. Silvia se verá envuelta por segunda vez en una relación tóxica en la que ella será la más perjudicada y volverá a constatar que el amor duele, las relaciones son complicadas y la vida es muy larga y está plagada de oportunidades.

Persiguiendo a Silvia y Encontrando a Silvia son novelas completamente diferentes. En el primer tomo de la bilogía nos encontramos con una historia divertida y ligera, con unos personajes carismáticos, muchas situaciones cómicas y algunos momentos de reflexión. La entendí como una novela divertida y ligera, muy veraniega sin olvidar el mensaje. Pero la segunda parte es muy diferente, la autora se sumerge en aguas turbias y arrastra al lector por un torbellino emocional en el que dolor y amor van de la mano. Silvia no ha cerrado aun la tormentosa relación que tuvo con Álvaro, menos cuando él parece haber cambiado tanto y haberse dado cuenta de la joya de mujer que ha perdido, y ahora está inmersa en una situación no menos complicada. Gabriel, ese adorable rockero que quiere poner el mundo a los pies de su chica, se conoce demasiado bien a sí mismo, por eso no duda en advertir a Silvia acerca de sus ideas acerca del amor, pero luego la despista con su entrega, pasión y promesas.  Y demasiado pronto llegan el dolor, los agravios, las palabras poco pensadas y certeras, las compañías desafortunadas, las malas decisiones… Y el mundo se derrumba para Gabriel y Silvia, y ella, que siempre ha sido una mujer fuerte, decidida y con coraje, queda reducida a una sombra de lo que alguna vez fue.

Encontrando a Silvia es una historia dura. Elísabet Benavent es atrevida, se arriesga con sus personajes y juega con el lector, que coge cariño a quienes antes detestaba y maldice a quien antes adoraba. Hasta ese punto llegan las cosas: el lobo se convierte en cordero y las promesas se las lleva el viento. Y vuelve a aparecer en la mente del lector la idea que ya le rondaba en el primer libro: querer a alguien no es suficiente. Confieso haber sentido asco y desilusión ante algunos personajes, no me han gustado sus actuaciones en ciertos momentos y he sentido que habían cambiado; pero, al mismo tiempo, soy consciente de que la historia me ha hecho sentir, me ha emocionado y no me ha dejado impasible.  Me atrevo a destacar la evolución de Silvia, que por fin parece haber echado el freno, y la maduración de Álvaro. En ambos casos se trata de procesos lentos y dolorosos, pero necesarios para los personajes. Lo que no me ha convencido ha sido el final, demasiado precipitado para mi gusto.

Encontrando a Silvia es una historia dura e intensa en la que sus personajes mostrarán su peor cara. Es también una historia con cierto halo de realidad, que nos enseña que no existen los príncipes azules y que la felicidad es posible aunque para ello haya que cargar con cierto sufrimiento y madurar por el camino. Pero, sobre todo, es un libro que te hace sentir y que nos habla de una realidad que no se puede acallar.

Reseña: Adopta un tío

08 agosto 2014

Adopta un tío. Historias de hombres objeto para mimar
Autora: Eva Nova             Género: Chick-lit
Editorial: MR Ediciones      ISBN: 9788499704995
Eva viene de una relación larga que la mantuvo en barbecho un montón de tiempo, seguida de una ruptura que la tiene sexualmente en dique seco. Pero hay vida ahí fuera. Eva se da de alta en AdoptaUnTío y empieza a probar. Y ve que las posibilidades son infinitas: barbudos, tatuados, hipsters, góticos, djs, veganos, ninjas… A través de un entramado de citas, a cada cual más loca, Eva aprende a ser independiente, a tomar decisiones por sí misma, a sentirse mejor con su cuerpo y consigo misma, y a quitarse las telarañas de una relación que terminó siendo tediosa y aburrida tanto para su ex como para ella.
Eva tenía una relación confortable con Carlos, pero lo suyo era más una amistad que un romance, así que decidieron romper aunque siguieron viviendo juntos. Solo que ahora él, que ha conocido el amor de la mano de una exuberante rusa, quiere que Eva se vaya del piso para hacer su propio nidito de amor allí. Este será quizá el punto clave para la transformación de Eva y se verá acompañado por su nueva entrada al mercado de citas a través de AdoptaUnTío, una red social en la que las chicas están al mando y pueden escoger entre  un amplio abanico de chicos para salir. Y Eva se lanza a la aventura, cosechando todo tipo de resultados; se encontrará con auténticos frikis, con tipos que no quiere volver a su vida, con mucho postureo, tendrá algún escarceo, hará amigos…

Adopta un tío es una novela divertida y  fresca, ideal para leer sin grandes pretensiones, con el simple de deseo de pasar un rato –porque la novela no te dura mucho más entre las manos–. Tiene un estilo coloquial, desenfadado y descarado, no hay lugar para las vergüenzas ni los remilgos y sí para el humor sano y algunas notas de ironía. La historia pretende que el lector se lo pase bien, que se ría con Eva y de Eva, y sobre todo, que se ría del postureo al que estamos sometidos hoy en día. Cada tribu urbana tiene sus características, a las se les saca punta, y parece que la normalidad, ser un chico común y corriente que no aparenta ser lo que no es, es raro y casi imposible de encontrar. ¿Conseguirá Eva dar con un chico normal y adorable?

Alguien tiene que decírtelo, bonita: no eres Mata Hari pasando información a los aliados, solo eres una loca con un teléfono móvil y demasiada imaginación. Conoce tus límites.


Entre cita y cita, Eva tendrá tiempo para madurar, conocerse mejor a sí mismas y romper con ciertas costumbres, todo ello con un estilo desenfadado y esperanzador, sin caer en dramas ni dilemas, con la nota cómica y el descaro tras cada página.

Reseña: Nadie hace el amor los martes

04 agosto 2014

Nadie hace el amor los martes
Autora: Tracy Bloom                   Género: Narrativa7Chick-lit
Editorial: La Esfera de los libros     ISBN: 9788499704995
Katy y Matthew, que fueron novios en su adolescencia, se reencuentran una noche en una fiesta de ex alumnos y acaban en la cama. A la mañana siguiente deciden que no volverán a verse nunca más.
Y aquí acaba el asunto… Hasta que ocho meses más tarde vuelven a encontrarse en una clase de preparación al parto y Matthew se pregunta con inquietud si será el padre de la criatura que espera Katy. Ajenos a este lío, la esposa de Matthew, neuróticamente perfeccionista, vive con gran angustia la perspectiva de dar a luz a gemelos; y en cuanto al novio de Katy, mucho más joven que ella, se resiste a tomarse la paternidad en serio.
La vida y el amor no son asuntos que puedan tomarse a la ligera. Katy y Matthew se verán obligados a enfrentarse a un torbellino de emociones y de sentimientos que no tenían previstos.
¿Cómo se las arreglarán para arreglar semejante desastre y seguir adelante con sus vidas?
Nadie hace el amor los martes es una especie de comedia romántica con toques de chick-lit que usa el enredo y el humor para componer una historia ligera, sencilla y entretenida que buscar reírse de todo el drama que crean las personas ante la paternidad. No es difícil imaginarse la historia en la gran pantalla; la autora ha creado su historia sosteniéndola sobre cuatro personajes que con sus estereotipos aportan el toque de humor y las situaciones cómicas necesarias.

Katy está más cerca de los cuarenta que de los treinta, ocupa un cargo destacado en una agencia de publicidad y hace años que decidió que ningún hombre volvería a romperle el corazón. Sale con Ben, un profesor de gimnasia más joven de ella que no parece tomarse nada en serio y con quien divertirse es algo sencillo. Todo se complica cuando Katy se queda embarazada, todo un shock para ella y para su pareja, que no parece preparado para desempeñar una tarea tan titánica como la de ser padre. Pero esto no es lo peor de todo, lo horrible de la situación es que Katy no sabe quien es el padre de su hijo, si Ben o Matthew, su primer amor y con quien ocho meses atrás tuvo un desafortunado escarceo en una reunión de viejos alumnos. Y, para colmo de males, Katy coincide en la clase de preparación al parto con Matthew y su esposa, Alison, que está esperando gemelos. ¿Podrían ir las cosas peor? Pues sí, sobre todo si Alison quiere hacerse su amiga, Matthew está muy perdido y Ben es ajeno a todo este entramado.

La clave para disfrutar de la novela, cuyo único fin es entretener al lector, es disfrutar de lo que la autora nos ofrece sin juzgar con dureza a los personajes. La contraposición entre las dos parejas de la novela es uno de sus puntos fuertes. Ben y Katy son una pareja despreocupada que busca pasárselo bien sin demasiadas complicaciones, para ellos la llegada del bebé es una sorpresa, les sobrepasa y les provoca una angustia que se afanan en ocultar. Sin en cambio, para Alison y Matthew, la paternidad ha sido siempre un objetivo. Llevan años luchando porque ella se quede embarazada y las dificultades en el proceso ha minado su relación. Ella se ha obsesionado con los bebés, hasta tal punto que ya está pensando en el colegio en que los matriculará cuando llegue el momento. Mientras que Katy solo tiene una habitación de paredes blancas repleta de cajas sin abrir, Alison ha creado para sus retoños una habitación de revista, con las últimas innovaciones del mercado. Matthew ya no es el joven despreocupado y soñador de antes, ahora se ha convertido en un empresario serie, responsable y aburrido de esos que viven en urbanizaciones de lujo, visten con primeras marcas y se pasea por las fiestas más exclusivas. ¿Qué pasa cuando Matthew sueña con dejar su actual vida atrás y recuperar lo que tuvo con Katy? ¿Sale perdiendo Ben al compararse con el primer amor de su chica? ¿Es tan fuerte Katy que no necesita a nadie? ¿Qué clase de madre va a ser? Es más, ¿qué clase de persona es cuando no ha confesado el secreto sobre la concepción de su hijo? Y Alison, ¿dónde queda en esta historia?

Me ha gustado mucho como la autora se ríe de toda la parafernalia que la sociedad monta ante la llegada de un bebé: las fiestas, el consumismo, el aparente fin de la vida de la mujer, la actitud de algunos hombres... Yo lo he entendido como una mofa, como una forma tierna de reírnos de nosotros mismos. La parte romántica de la historia está menos desarrollada por dos razones: primero, porque no es el centro de la historia y aunque se convierten en cómicas algunas de estas situaciones, no es lo principal, y, por otro lado, porque las relaciones sentimentales de la historia ya han surgido y la autora no las desarrolla, sino que prefiere dar detalles por aquí y por allá para que el lector se ponga en contexto. No es algo que me haya molestado, aunque sí me parece interesante comentarlos. Todo esto no quita para que haya momentos de pareja, sobre todo entre Ben y Katy, que verán como su relación evoluciona.
Nadie hace el amor los martes es una lectura ligera y entretenida que trata de bromear sobre lo relacionado con la llegada de un bebé y para ello tira de enredos, y personajes con estereotipos que se explotan.

Reseña: Persiguiendo a Silvia

22 julio 2014

Persiguiendo a Silvia
Autora: Elísabet Benavent         Género: R.Contemporáneo/Chik-lit
Editorial: Suma de letras            ISBN:  97884836594
Silvia trabaja en una importante multinacional y está perdida.
Silvia necesita encontrar a alguien para olvidar a Álvaro.
Álvaro es su jefe y acaba de romperle el corazón.
Bea, su mejor amiga, le propone un viaje…
Y allí Silvia se encuentra con Gabriel…
Gabriel es una estrella de rock y también tiene problemas.
Silvia y Gabriel conectan desde el principio.
Y pronto descubrirán que ese encuentro cambiará sus vidas.
Elísabet Benavent causó un auténtico furor hace unos meses con su saga Valeria, pero hasta el momento era para mí autora desconocida. Persiguiendo a Silvia me atrajo desde el primer momento, tuve una especie de corazonada que me animó a leerlo, y ahora puedo decir satisfecha que no me equivoqué en absoluto. He devorado la historia, me he reído con ella y también me he emocionado, pero, sobre todo, la he disfrutado muchísimo y me ha dejado con unas ganas tremendas de leer su continuación, Enncontrando a Silvia.

Persiguiendo a Silvia  es una novela fresca y divertida, ideada para que el lector se lo pase bien leyéndola, se sienta identificado con la protagonista en ciertos momentos y suelte alguna que otra carcajada. A pesar de que ciertas situaciones dejan en evidencia que se trata de una obra de ficción, también nos encontramos con momentos y sentimientos que nos acercan a la realidad. Todo ello envuelto con el particular sentido del humor de la protagonista, Silvia, que no tiene pelos en la lengua y sabe sacarle punta a cualquier situación.

Silvia lleva años enamorada de su jefe, Álvaro, un tipo frío y distante que le hace arder por fuera y por dentro. Después de dos años de relación, lo suyo ha acabado, al menos oficialmente, porque entre ellos sigue habiendo una corriente de sentimientos que no pueden detener. Tener que verse todos los días no les hace ningún bien a ninguno, aunque cada uno de ellos lleva el dolor y el estrés como mejor puede. Silvia decide tomarse un descanso y se va con su mejor amiga a hacer un viaje a la playa, donde conocerá a Gabriel, un famoso cantante de rock que entrará en su vida para quedarse.

He disfrutado mucho de la historia por varias razones. Para empezar tiene unos cambios en el ritmo y en el tono que me han parecido muy acertados. La historia trasmite buen rollo y risas, y la autora se encarga de que así suceda con los numerosos aprietos en los que se ve metida su protagonista (que se si me escapa un pezón, se me queda el brazo atrapado en una máquina de vending…), pero de fondo tenemos siempre un mensaje importante, y a medida que avanzamos en la lectura seremos más consciente de su presencia. La historia cuenta con personajes encantadores y reales, con una trama que siempre tiene cosas que ofrecer al lector –aunque tiene demasiado sexo y en algunos momentos se vuelve un poco repetitiva– y un romance que sabe atraparte.

Silvia es un personaje real y divertido, a veces resulta un poco sobreactuado, pero es eso precisamente lo que hace que te rías. Carece de filtros, le gusta mucho el drama, se sabe reír de sí misma y lucha por ser feliz. Es natural, desinteresada y deslenguada, tiene un genio de los mil demonios y le pasan todo tipo de cosas. El lector establece una comunicación íntima con ella, la conoce a la perfección, la valora a pesar de sus locuras y le coge cariño, quizá por ser un personaje tan humano, tan débil ante sus deseos, miedos y sentimientos. A su lado tiene a un par de personajes que a pesar de permanecer en un segundo plano y de ser presentados a través de las vivencias de Silvia, me han gustado. Hablo de Álvaro y Gabriel, pasado, presente y, quién sabe si futuro, sentimental de nuestra protagonista. Álvaro, a pesar de ser el ex, es quien más protagonismo de los dos tiene en este primer libro. Han sido el gran amor de Silvia, sus sentimientos por él no han desaparecido a pesar de lo erróneo y doloroso de su relación, que siempre ha estado condicionada por el sexo y por el carácter frío, distante y formal de él. Silvia siempre fue la que más daba en esa relación: ella amaba más, se entregaba más y sufría más. Desmigando esa relación, la protagonista se da cuenta de que querer a alguien no basta, que no siempre podemos conformarnos con lo que el otro quiere y puede darnos, que no está bien cambiar nuestra forma de ser para agradar a alguien, siempre a expensas de que se disguste por nuestra forma de ser real. De una relación tóxica y demasiado carnal, pasará a una pura amistad con Gabriel, en la que la química está presente desde el primer momento. Gabriel es encantador, quizá demasiado detallista e ideal con Silvia, y con él se puede comportar tal y como es. Pero lo suyo, si es que hay algo más allá de una valiosa amistad, es también complicado: porque ella aun quiere Álvaro, porque el sexo con Gabriel lo estropearía todo, porque él no cree en los sentimientos ni en la monogamia… y por otras muchas razones.

La autora tiene un estilo ágil, desenfadado y cercano que conecta con el lector. Abundan las situaciones cómicas y las salidas de tono de Silvia, pero también nos topamos con momentos de enriquecedora reflexión. La narración, que alterna presente con pasado, sirve para desmigajar la relación entre Silvia y Álvaro y para darnos pistas de lo que pude ocurrir en el futuro.
Persiguiendo a Silvia  es una novela fresca, divertida, entretenida y ágil. Sabe hablar de temas universales con un gran sentido del humor y tiene una protagonista ante la que es imposible no caer rendido.

Reseña: Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor

31 marzo 2014

Cambio mis tacones por las ruedas de un trator
Autora: Ree Drummond       Género: Chick-lit
Editorial: Espasa                  ISBN: 978-84-670-4109-5
Jamás olvidaré aquel momento. Fue una mezcla de novela romántica, musical antiguo de Broadway y película del oeste de John Wayne.
Cuando aquella noche decidí salir a tomar una copa con unos amigos, no entraba en mis planes conocer a nadie, y menos aún a un vaquero alto y curtido que vivía en un rancho a muchos kilómetros de mi refinada y organizada ciudad natal. Pero cuando quise darme cuenta, las flechas me habían alcanzado y no pude ni quise detenerlas.
Ésta es una historia universal del enamoramiento, la pasión y el amor inmenso que nos conquista por completo.
También es la historia de mi cowboy, de sus Wranglers y de unos zahones. Y la mía, una chica que se enamoró de todo ello y decidió cambiar sus tacones por las ruedas de un tractor.
Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor es una delicia, una historia clásica, preciosa, entretenida, ágil, divertida y realista. Una novela que empiezas y no puedes parar de leer, que te atrapa por completo, que hace que las mariposas revoloteen nerviosas en tu tripa y que te transporta a un romanticismo realista, pero no por ello menos mágico.

Ree decide pasar un tiempo en su Oklahoma natal, en el hogar en el que se ha criado y rodeada de familia, antes de emprender una nueva vida, una en la que se trasladará a Chicago y que supondrá la ruptura definitiva de una relación que no la llevaba a ningún lado y que estaba marcada por la seguridad y la rutina. Pero todo cambia cuando aparece en su vida el hombre Malboro y se enamora irremediablemente de él. ¿Puede abandonar sus planes de futuro por un hombre? ¿Puede dejar de lado su urbanita existencia para quedarse a vivir en un rancho que está a una hora de la ciudad más próxima?

Como decía al principio, la novela es encantadora, simpática, divertida, cálida y muy romántica. Y, además, tiene mucho de autobiográfica. Es imposible no pasárselo bien durante su lectura, reírse con las ocurrencias y torpezas de Ree, preocuparse ante sus decisiones y caer a los pies del hombre Malboro, que te enamora conforme vas pasado páginas. Echa mano de varios tópicos relacionados con la vida en el campo, pero lo hace de una forma divertida y fresca, que te roba más de una sonrisa.

La trama es sencilla, pero no por ello menos interesante. Una chica urbanita que adora su vida en la ciudad, aunque sienta que necesita un descanso, se enamora de un hombre, un cowboy, para más señas, que siente amor por su tierra, vive de su rancho y sabe que jamás lo abandonará. Entre ellos se iniciará una relación marcada por la ternura y la sinceridad que te llega al corazón, pero que, sobre todo, es creíble y muy realista. Porque sí, la realidad tiene mucho que decir en este cuento de hadas.

La historia está narrada de una forma sencilla y cotidiana, poniendo más interés en lo que se cuenta que en el cómo. A pesar de todo lo que la he disfrutado, reconozco que la historia pierde ritmo hacia el final y que se repiten demasiado ciertas estructuras e ideas.

Cambio mis tacones por las ruedas de un tractor es la novela ideal para pasar unas horas de puro entretenimiento, disfrutando de una historia tierna, cálida y muy romántica.

Reseña: Melocotón loco

23 enero 2014

Melocotón loco
Autora: Megan Maxwell       Género: Chick-lit
Editorial: Esencia                ISBN: 978-84-08-03906-8
Ana y Nekane regentan un estudio de fotografía en el casco antiguo de Madrid. Un día se declara un incendio en su edificio y, aunque están acostumbradas a trabajar con modelos
de lo más glamurosos, no pueden dejar de sorprenderse ante aquellos valerosos «machomanes» vestidos de azul que no se preocupan porque su pelo se encrespe ni sus manos se ensucien. Cuando el objetivo de la cámara de Ana se centra en Rodrigo, su corazón le indica que ya nada volverá a ser igual. Él se da cuenta de la forma embobada en que lo está mirando y, a pesar de que no le gusta, inician una extraña amistad. Todo se complica cuando Ana descubre que está embarazada y Nekane la anima a que cumpla su fantasía sexual con el bombero antes de que la barriga, las estrías y los vómitos matinales se manifiesten y lo espanten. Pero una mentira de Ana a sus padres ocasionará un sinfín de enredos y situaciones alucinantes que a Rodrigo lo dejarán sin habla.
Megan Maxwell está disfrutando de lo que para muchos escritores es un sueño: publica novela tras novela, todas con una buena acogida, y, sobre todo, ha conseguido crearse un público. En Melocotón loco, su última novela, nos ofrece una historia entretenida y divertida, fácil de leer –como todos sus libros– y con el sello de autenticidad Maxwell, esto es, una novela en donde las mujeres, fuertes y luchadoras, aunque también histéricas, son las auténticas protagonistas, donde la historia de amor tiene un corte cinematográfico y se mezcla con la comedia, y, sobre todo, con el estilo inconfundible de la autora, desenfadado y muy campechano. No es una novela innovadora, sigue la fórmula antes empleada por la autora, pero entretiene.

Ana conoce a su media naranja de una forma un tanto peculiar: mientras está haciendo una sesión de fotos a unas modelos guapísimas, un bombero llama a su puerta informándola de que deben desalojar el edificio, hay un incendio en el piso de su amiga y vecina Encarna. Afortunadamente, el incendio no es grave, y en la calle, bomberos y modelos comienzan a tontear y quedan para cenar todos juntos una noche. Ana y su amiga Nekane también son invitadas a la cena, aunque de rebote, y cada una de ellas posa sus ojos en un atractivo bombero, pero su suerte es diferente, Nekane triunfa y Ana se queda con las ganas. Rodrigo, en quien ha puesto los ojos, no se fija en ella como mujer, sino como amiga. A partir de aquí comienza una historia que es retrato de lo cotidiano, del día a día de Ana, y que aborda temas como, el amor –evidentemente–, la amistad, la familia desde el punto de vista fresco que caracteriza a la autora, sin olvidar esa vena dramática que marca tanto sus historias y que en ocasiones me parece exagerada y poco realista.

Se nota que el objetivo de la novela es entretener a los lectores, hacerles pasar un buen rato con una novela que no será inolvidable, pero que les hará desconectar de la realidad. La autora aborda algunos temas interesantes relacionados con la familia y las relaciones sentimentales, pero no ahonda demasiado en ellos y los deja en un plano superficial. La relación entre Ana y Rodrigo se parece un poco al juego del gato y el ratón, la pareja no está sincronizada para nada, y a pesar de que entre ellos hay una potente química sexual, sus sentimientos caminan por otros derroteros y a destiempo. Ese amor no correspondido ha sabido emocionarme, y también me ha gustado que Ana no se hundiera, luchara por salir adelante y ser feliz, por no mostrar su debilidad, haciéndolo a su manera. Esa parte de su actitud, su lado más luchador y orgulloso, me ha convencido, aunque luego ha habido momentos de puro histerismo que me han hecho poner los ojos en blanco y sentir la necesidad de gritarle decirle un par de cosas. Sin duda, no es un personaje sencillo, tiene un carácter demasiado dramático y carece de pelos en la lengua, una combinación explosiva y desquiciante por momentos. Rodrigo me ha gustado mucho más, es más calmado y normal, aunque sigue sin ser perfecto (su lado ligón me ha disgustado en algunos momentos, aunque en otros me ha derretido con su ternura). Me ha gustado su carácter, ha sabido poner en su lugar a Ana y no seguirla el juego en todas sus locuras.

La historia tiene un ritmo ágil y se lee sin ninguna dificultad. Se encadenan escenas con mucha rapidez, los personajes secundarios son resultones aunque un pelín empalagosos y la trama alterna momentos realistas con otros que dramáticos y exagerados que no resultan demasiado creíbles.

Creo que Melocotón loco colmará las expectativas de sus seguidores, pues tiene el sello de identidad de la autora y es una novela sencilla y entretenida. Su estilo vuelve a ser demasiado coloquial y el comportamiento de sus personajes infantil y exagerado.

Reseña: Sueños de verano

01 agosto 2013

Sueños de verano
Autora: Carole Matthews             Género: Chick-lit
Editorial: Punto de lectura            ISBN: 9788466327336
¿Qué pasa cuando tus sueños se hacen realidad?

Nell McNamara tiene una vida feliz: su novio la adora, su hija de cuatro años es el centro de su mundo y tiene un trabajo estable en el fish & chips local.

Cuando le surge la oportunidad de dar rienda suelta a su creatividad no lo duda. Inspirada por lo que puede lograr —y animada por los mejores amigos que una chica puede tener— Nell se decide a probar algo nuevo.

Pone en marcha un negocio con su propia línea de bolsos, ¡que pronto se convierten en un rotundo éxito!

Al parecer, los sueños de Nell finalmente se van a hacer realidad, pero el éxito tiene un precio. En poco tiempo, Nell tendrá que plantearse si realmente es posible tenerlo todo...
No soy una lectora asidua al chick-lit, no es un subgénero que me entusiasme ni con al que me sienta especialmente conectada, pero un par de veces al año me animo con él. Me animé a leer Sueños de verano sin conocer a su autora, Carole Matthews, que por lo que he podido saber tiene una prolífera carrera, y la verdad es que no me arrepiento, porque aunque Sueños de verano no quedará por siempre en mi memoria, me ha proporcionado una noche muy agradable (sí, me lo leí en una sola noche, completamente enganchada y sin poder dejarlo hasta llegar a la última página).

Nell ronda la treintena y tiene una vida plácida aunque algo estresante. Trabaja por turnos en un fish & chips (sí, no es el trabajo de su vida, pero le gusta, está cerca de casa y le viene bien para cuidar a su hija) aunque pronto descubrirá por casualidad (el local en el que trabaja necesita un lavado de cara y ella es la encargada de realizarlo, dejando a todo el mundo asombrado son su talento) que ella está destinada a algo más; que su originalidad, creatividad y talento con la máquina de cosas sirven para algo más que para confeccionarse su propia ropa. A pesar de sus escasos recursos económicos, Nell, sorteando todo tipo de obstáculos, montará su pequeño negocio de bolsos, complementos que ella misma hace en su casa y que, inesperadamente, tiene un éxito arrollador que transformarán su vida por completo. Adiós a la vida en familia, al trabajo que tantos amigos le ha brindado y hola éxitos y problemas.


La novela empieza con un tono ligero, fresco y divertido, te arranca alguna que otra sonrisa y de transmite buenas sensaciones. Pero cuando el cuento de hadas comienza a hacerse realidad (Nell, esa chica que abandonó el instituto y que tiene que contar los céntimos para llegar a fin de mes, pasa a vender bolsos como rosquillas, a viajar a semanas de la moda y a rodearse de gente de dinero) su vida real, esa en la que están su hija, su novio y sus amigos, comienza a desmoronarse poco a poco. Aquí cambia el tono de la novela, que nunca se vuelve dramático ni excesivamente profundo, pero si se vuelve más serio y deja ver todos los errores que Nell va cometiendo y todas las zancadillas que se encuentra por el camino.

El libro tiene romance, por supuesto, pero no es demasiado romántico. Nell y Olly llevan juntos más de diez años, y tienen una relación sólida, se conocen desde niños y están profundamente enamorados. El problema está en sus horarios: trabajan tanto y a horas tan dispares que apenas se ven, y cuando lo hacen, ahí está su pequeña hija para interrumpir cualquier conato de intimidad. Como digo, la relación entre ellos es bonita y madura, se nota que confían el uno en el otro y que se conocen a la perfección. Pero, como todo no podía ser bueno, su relación se ve trastornada por el éxito de Nell e, inevitablemente, aparecen las terceras personas. Y es ese el momento en el que se me formó un nudo de inquietud en el pecho del que no conseguí deshacerme ni al final de la historia. Me gusta lo que reflejan esas terceras personas, le dan mucho realismo a la relación (a veces, escritores y lectores, pecamos de idealismo en lo tocante a las relaciones); pero, a la vez, me hubiera gustado que esas terceras personas no hubieran provocado ciertas reacciones en los protagonistas.


Si ha habido un personaje que se han ganado mi corazón ha sido Petal, la hija de cuatro años de Olly y Nell. ¡Qué cría tan divertida y especial! Este pequeño terremoto, además de ofrecernos grandes momentos, controla la vida de sus padres, algo que, sinceramente, da un poco de miedo. Para ser una niña de cuatro años es la mar de avispada y tenaz, y, de verdad, ofrece momentos muy divertidos. Quien también me ha gustado mucho ha sido Olly. Es un hombre normal y sencillo, necesita muy pocas cosas para ser feliz y, además, es un auténtico padrazo (se me ha caído la baba con él). En cuanto al resto de personajes, Nell incluida (y con la que no he acabado de simpatizar), todos están bien perfilados y a pesar de que algunos caen en bastantes tópicos, en general me han gustado. 

Carole Matthews tiene un estilo sencillo y directo, acierta al combinar la narración en primera persona desde el punto de vista de Nell con algunos capítulos en tercera persona desde el punto de vista de Olly. Me gustan mucho los temas que plantea y cómo los plantea, aunque hay ciertos detalles que no me han convencido del todo (me hubiera gustado que fuera más clara en ciertos momentos y cierta aventura de Olly me parece quizá demasiado de película).
Sueños de verano narra cómo con un tono divertido, pero sin dejar de lado el realismo, cómo el sueño de Nell se convierte en realidad y toda su vida de transforma.

Reseña: Casi una novela

11 febrero 2013

Casi una novela
Autora: Megan Maxwell       Género: R. Chick-lit
Editorial: Versátil               ISBN: 978-84-92929-82-5
Rebeca ha vivido una vida solitaria desde que sufrió un último desengaño. La irrupción de Pizza, una encantadora perrita que se encuentra sola y abandonada, dará un giro a su vida inesperado. Pizza, una cazadora de piel y una niña encantadora, se encargarán de que el destino de Rebeca cambie radicalmente. Cuando conozca al sexy y archiconocido piloto de moto GP Paul Stone perderá el miedo a vivir que le impedía tomar las riendas de su vida.
No me resulta especialmente agradable hacer una reseña tan negativa como la que vais a leer a continuación. Lo que sigue es mi opinión personal sobre la novela, una opinión que por lo que he podido leer es diferente a la de otros.

Casi una novela tenía la apariencia de ser una novela entretenida, divertida y con el toque Megan Maxwell. Le eché el ojo hace mucho tiempo, cuando me enteré que iba a ser publicada por El Maquinista, cosa que no ocurrió porque la editorial cerró. Así que me lleve una grata sorpresa al ver que iba a ser publicado por Versátil. Siento que decir que la novela no me ha gustado, que no ha cumplido con mis modestas expectativas y que ha habido momentos en los que he pensado en dejarla.

Antes de señalar todo aquello que no me ha gustado quiero resaltar aquello que sí lo ha hecho. Hay algunas pequeñas cosas que he podido rescatar. Me ha encantado Pizza, la traviesa perrita de Rebeca, un animal de lo más listo y que es uno de los grandes apoyos de su dueña. También me ha gustado el intento de Megan por crear una novela que tenga algo más de romance, un trama de suspense, a pesar de que no haya sido bien desarrollada.

Ahora vamos con lo negativo. La novela está repleta de saltos temporales que no acabo de comprender. Los días, las semanas y los meses pasan sin orden ninguno, siendo muy habitual que de capítulo a capítulo pasen varias semanas. Con estos incomprensibles saltos temporales, el lector se pierde un montón de momentos importantes de la novela, sobre todo en lo que concierne a la relación entre los protagonistas, momentos que se mencionan de pasada. Todo esto hace que la novela se vuelva superficial, no se profundiza en las escenas, simplemente se mencionan, se narran, pero no hay una vivencia directa de todo ello. Creo que esto es un fallo bastante grave, siento que a la historia le han faltado páginas, explicaciones, momentos, conversaciones… que  hubieran servido para crear un libro más rico y profundo y para conocer más a los protagonistas.

Otro de los grandes problemas de la novela son sus diálogos: planos, sencillos y predecibles. No tenían chicha, nada divertido, no eran chispeantes, profundos, divertidos, entretenidos… Me han resultado tremendamente grises.

A pesar de que el elemento principal de la novela es el romance entre Rebeca y Paul, se entremezclan en el desarrollo de la novela otras pequeñas tramas, que, en mi opinión, aparecen y desaparecen cuando a la autora le vienen bien. Pero es que, además, todo se soluciona con demasiada facilidad y faltan muchas explicaciones. Esta precipitación es también extensible al final de la novela, donde, en pocas páginas, todo se soluciona de una forma poco creíble. ¿Por qué no haber invertido ahí unas cuentas páginas más? Me gustan las explicaciones, que los personajes pongan las verdades sobre la mesa y me ha chocado bastante que los protagonistas se olviden de todo (enfados, secretos, malas palabras...) en medio minuto, no me parece nada creíble.

Vamos con otro de los grandes escollos del libro: sus protagonistas. He terminado el libro y para mí Paul y Rebeca son un par de desconocidos, me he sentido completamente ajena a ellos. Probablemente esto esté relacionado con la poca profundidad del libro. Al no ahondarse en las escenas, los personajes quedan desdibujados, especialmente él. Los secundarios tampoco han sido de mi agrado, no me han convencido, me han parecido excesivamente dramáticos y demasiado ideales en algunos momentos.

No soy una gran fan de las escenas de cama. No es la parte más importante de la historia, pero, si las hay, les exijo un mínimo de calidad. Las escenas sexuales de libro, escasas, me han resultado flojísimas, aburridas y nada excitantes.

Lo mires por donde lo mires, a este libro le falta humor. La autora se caracteriza por esa chispa de diversión que te arranca alguna que otra sonrisa.  Y no he encontrado esa chispa. Megan no destaca por su pluma, demasiado sencilla y coloquial, pero si suele crear tramas que enganchan. En este caso no ha sido así, la historia me parece superficial y precipitada y los personajes demasiado fácilmente olvidables.

Casi una novela no ha sido un libro de mi agrado, pero sí lo fueron Te esperaré toda mi vida y Llámame bombón. Cuestión de gustos, por supuesto.

Reseña: Nunca volveremos a ser las mismas

31 enero 2013

Nunca volveremos a ser las mismas
Autora: Brenda H. Lewis     Género: Chick-lit
Editorial: Espasa               ISBN: 978-84-670-0703-9
Maica es una mujer incorrecta, tiene un corazón que no le cabe en el pecho y un pecho que empieza a no ser lo que era. De cuarenta y tantos años, divorciada y con una hija adolescente, peleada con el mundo en general y con su madre y con los hombres en particular, esta abogada adicta al trabajo y a los consejos bienintencionados que le propina su mejor amiga es la demostración de que un sentido del humor bien administrado vale más que un tesoro...
Los cincuenta a la vista, una hija que se va un mes a Londres a estudiar inglés (y vete tú a saber con qué hormonas con patas se encuentra allí), una amiga que regala buen rollito y consejos aunque no los quieras, una madre que después de un divorcio tardío tiene siempre la misma expresión en la boca  "oh, qué bonito" y una vida amorosa desierta. Todo esto llena la vida de Maica, una abogada especializada en divorcios. Sí, está inmersa en una crisis de consecuencias potencialmente catastróficas, pero no por ello hay que echarse a llorar, Maica es una mujer demasiado fuerte como para dejarse vencer (y mira que esos sofocos pre menopaúsicos, que tanto me han hecho reír, no le dan tregua).

Nunca volveremos a ser las mismas ha sido toda una sorpresa de las buenas, buenas. Un libro chispeante, divertido, que se lee casi sin darte cuenta. Una historia, irónica, fresca, bonita y amena, que habla del amor, de la amistad, de la familia y, sobre todo, de las mujeres. Perdí la cuenta de las sonrisas a partir del cuarto capítulo; qué difícil es que me ría con un libro y con qué facilidad lo ha logrado Brenda H. Lewis.

La edad está por todas partes, Rossi, no fastidies. Sobre todo, cuando se trata de nosotras: en las arrugas, en los hijos, en los ex, en las que nos quitaron a los ex, en las caderas, en los michelines, en la dieta disociada… La edad es como Dios: omniasquerosa.
Me ha encantado Maica en todas sus facetas: mujer, madre, amiga, hija y abogada. En todas ellas conserva su chispa, el toque irónico que tanto le caracteriza y la capacidad de reírse de sí misma. Maica es una mujer muy real, que después de haber vivido casi cincuenta años no mantiene la visión idealista que tenía cuando era una jovencita de veinte años, pero que, a pesar de todo, sigue luchando.

Pero si Maica me ha encantado, no se quedan atrás el esto de personajes secundarios: madre, hija, amigas, hermana, secretaria… Todas ellas estupendas, diferentes y con una visión muy particular de la vida. Me ha encantado la relación que Maica tiene con su hija, Chin-Zsé, su preciosa porcelana china. Hay que ver lo difícil que es ser madre. Maica quiere dar libertad a su hija, no acosarla con sus típicas preocupaciones maternales, y ,por mucho que lo intenta, a veces no lo logra, y llega el momento de la risa, porque Maica desvaría mucho y es capaz de inventarse las razones más inverosímiles para que su hija no haga algo que ella no quiere.

 (…) y he pensado que resulta curioso cómo a lo largo de la vida cada una de nosotras somos varias mujeres, o muchas caras de la misma, y que a veces solo podemos adoptar una de esas caras cuando hemos sobrevivido a la cara contraria.
Brenda H. Lewis ha transmitido de una forma sencilla y cargada de humor algunas de las preocupaciones a las que se puede enfrentar una mujer como Maica, todo ello sin caer en la superficialidad y lanzando mensajes tan importantes como la necesidad de quererse a uno mismo y de querer a nuestros amigos. Porque no hace falta tener un hombre en tu vida para ser feliz, pero si le encuentras (y mira que es difícil, Maica no ha tenido mucha suerte en asuntos del corazón) y estás bien con él, mucho mejor.

Creo que ya ha quedado bastante claro que el libro me ha encantado y que recomiendo su lectura, pero, por si acaso, lo repito: si queréis pasar unas horas divertidas rodeados de deliciosas mujeres Nunca volveremos a ser las mismas es vuestro libro.