Reseña: El fin de los sueños

El fin de los sueños

Autores: Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina 
Género: Juvenil        

Editorial: Plataforma Neo
ISBN: 978-84-16096-02-2                           

Dormir ha pasado a la historia en Ciudad Resurrección. Gracias a un sofisticado proceso que se creó durante la guerra, ya nadie malgasta ocho horas diarias en el descanso. Pero el cerebro humano sigue necesitando soñar. Por eso, una red controlada por el Gobierno elabora sueños artificiales, según las necesidades del inconsciente de cada individuo, con el fin de poner a punto la mente en pocos minutos.

Una misteriosa joven aparece en los sueños de dos chicos muy diferentes: Ismael es el hijo de un artesano onírico clandestino de los suburbios; Anna es una privilegiada que vive en las alturas de la ciudad, hija de una importante burócrata. La joven les suplica que la salven, que la liberen de la oscuridad. Anna e Ismael se sienten inmediatamente atraídos por ella, y pronto descubren que no han sido los únicos que han recibido esas enigmáticas visitas. Pero ¿existe esa chica en el mundo real?

Solo hay una manera de averiguarlo: adentrarse en el mundo onírico, donde no sirven las leyes de la lógica y la imaginación es la única vía para sobrevivir.

El fin de los sueños es una lectura original, oscura, diferente y sorprendente. La propuesta de Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina se aleja de las publicaciones actuales y en nada se parece a los títulos que habitualmente edita de Plataforma Neo. Y yo agradezco el cambio, no porque no me guste ese otro tipo de literatura, sobre todo la de Neo, que no hace más que traernos joyas, sino porque de vez en cuando está bien cambiar y leer cosas que se salen de nuestra zona de confort. Con una sinopsis que plantean una trama prometedora y con potencial, los autores saben enganchar al lector, que se ve seducido por un mundo diferente, el de los sueños.

¿No os resulta interesante la idea de no tener que perder tiempo durmiendo? En  Ciudad Resurrección, sus habitantes ya no tienen que malgastar ocho horas durmiendo, con conectarse durante un breve periodo de tiempo al día a una de las redes del Gobierno, que les provee de reparadores sueños, tienen la oportunidad de dar a su cerebro los sueños que necesitan. Pero, ¿qué ocurre cuando algunos de sus habitantes ven perturbados sus sueños?

El mundo que crean los autores me ha parecido excepcional, muy imaginativo. Es un mundo que abre muchas posibilidades, especialmente en lo referente a la construcción de sueños por parte de los artesanos oníricos, al mercado de los sueños (erotismo, pesadillas...) y a su poder para manipular a los individuos. Los autores desarrollan bien su trama, pero el universo que crean es tan potente que aun tiene posibilidades por explotar. Además, consiguen un buen equilibrio entre descripciones y acción, aunque en las primeras páginas ha de tenerse paciencia.

A pesar de es una novela que se lee con facilidad, es importante prestar atención a los detalles y empaparse de la atmósfera que nos rodea. Las voces de ambos autores se funden en una narración ágil y un contexto muy visual en el que hay lugar para los opuestos (donde hay oscuridad aparece la luz, si hay maldad también hay bondad). Lo que no me han acabado de convencer son los personajes, he sido incapaz de conectar con ellos y tenerle cierto cariño. Además, en ocasiones he tenido la sensación de que no estaban lo suficientemente desarrollados y de que se veían arrasados por el contexto y la trama en sí.