Reseña: Antes de morirme

Antes de morirme

Autora: Jenny Downham     Género: Juvenil

Editorial: Salamandra        ISBN: 978-84-9838-639-4

Un día como cualquier otro te enteras de que te quedan unos pocos meses de vida. Un golpe difícil de asimilar, sin duda, pues ¿cómo afrontas semejante realidad? ¿Qué mecanismos psicológicos se desatan ante la certeza de lo inevitable?

Esta primera novela de la británica Jenny Downham —que gracias al boca a boca se encaramó en el primer puesto de ventas de Inglaterra durante semanas— no se parece a ninguna de las muchas que se han publicado sobre el mismo tema. Descubierta por el editor David Fickling —a cuyo fino olfato debemos hallazgos como la trilogía de Philip Pullman, El curioso incidente del perro a medianoche o El niño con el pijama de rayas—, la historia de Tessa ofrece una mirada mucho más amplia que el dudoso espectáculo de compartir un trance doloroso.

Para algunos la muerte llega sin avisar, pero este no es el caso de Tessa. Ella lleva cuatro años enferma, tiene cáncer y sabe que su muerte está próxima. ¿Cómo afrentar los momentos que le quedan? ¿qué le puede animar a seguir viviendo? ¿cómo debe sentirse? y los que están con ella, ¿qué pasa con ellos? Tessa tiene una lista, una lista muy simple, a decir verdad, que contiene puntos como perder la virginidad, tomar drogas, enamorarse, decir a todo que sí durante un día… Y tiene claro que no quiere morir antes de cumplir con todos sus puntos. Puede ser un motivo débil para seguir teniendo fuerzas, pero para ella es algo a lo que aferrarse, a veces con rabia, otras con ilusión, pero, finalmente, un motivo.

Antes de morirme es un libro para llorar. Lo empecé con un nudo en la garganta, no tardé en comenzar a soltar lagrimones y casi no paré hasta el final. Es una historia dura, triste, pero muy realista, profunda de una forma sencilla y rotunda. Nos habla de la vida y la muerte, y lo hace desde el punto de vista de una adolescente sarcástica que está desahuciada y tiene que encontrar algo que la ayude a continuar. Tessa pasa por estados emocionales muy diversos, comete locuras, se deprime, arroja sus cosas por la ventana, odia a los demás… Esta variedad de reacciones y comportamientos no hacen sino acentuar la dramática situación que vive. Con el transcurso de las páginas observamos cómo cambia su percepción, cómo toma una conciencia diferente de que ya no va a tener años, ni siquiera meses, para hacer todo lo que los demás damos por sentado. Y es esa parte, la rotundidad de que no somos eternos y muchos no tienen la posibilidad de hacer cosas tan sencillas como aprender a conducir, ir a clase, enamorarse, que te rompan el corazón, viajar, independizarte… lo que hace que el mensaje y el libro te golpeen con más fuerza. Llega un punto en el que no puedes detener las lágrimas, en el que la historia te cala hondo y te toca ese punto sensible que tanto duele.

Tessa va a desaparecer y el resto va a continuar con sus vidas, ¿es eso justo? ¿es normal sentirse enfadado, odiar a los demás, desearles cosas malas? A lo largo de trescientas trece páginas somos testigos de la cuenta atrás de Tessa, pero también la vemos vivir, acumular momentos, experiencias, vivir cosas nuevas. Su padre está ahí siempre con ella, en la difícil situación de tener que ejercer como tal y a la vez derrotado por la situación, alimentando falsas esperanzas, sin una vida propia, recluido al cuidado de su hija. Y luego están su hermano Cal, que nos ofrece entrañables momentos fraternales, Adam, un vecino que le ofrecerá recuerdos con los que alimentar su esperanza, su amiga Zoey y su madre, un personaje muy desdibujado y poco maternal.

La novela tiene un ritmo ágil y un estilo sencillo, pasas páginas casi sin darte cuenta, enfrascado en una historia con el poder de hacerte pedazos.

Antes de morirme es una historia profunda, intensa y realista, que afronta la muerte de cara y que mira la vida con melancolía y esperanzas rotas.