Reseña: Delicias y secretos en Manhattan

Delicias y secretos en Manhattan

Autora: Olivia Ardey
Editorial: Eride Ediciones, Letra eNe
ISBN: 978-84-15160-87-8
Género: Contemporáneo

Sinopsis:

Boston, 1919. Laura McKerrigan-Montero conoce el destino de cualquier chica en su posición: casarse con un buen partido que convenga al negocio familiar.

Pero Laura tiene un sueño: aprender alta repostería con el afamado maître pâtissier del hotel Taormina. Y, con la excusa de estudiar francés, convence a su severo padre para que le permita residir en Nueva York durante tres meses.

Convertida en Laura Kerry, viaja a la ciudad de la libertad; la misma donde un desconocido la volvió loca con sus besos. Laura no imagina que, en ese Manhattan divertido y fascinante, volverá a encontrarse con él. Aunque ahora ella es una camarera y ese hombre irresistible es… su jefe.

La inminente Ley Seca llevará al hotel desconfianza, peligros y amenazas. Entre los empleados se esconde un traidor y todas las sospechas recaen en Laura, la mujer por la que Kenneth estaba dispuesto a marcharse de Manhattan y dejarlo todo.

Bajo un título atractivo y una portada preciosa se encierra una historia igual de maravillosa, que ha conseguido engancharme, me ha hecho reír y me ha transmitido la dulzura del amor.

Delicias y secretos en Manhattan  tiene como protagonistas a Laura McKerrigan-Montero y Kenneth Callahan, que comparten protagonismo con Phillip y a Stella, que se ganan al pulso su sitio y han llegado a gustarme más que los primeros. Laura ha conseguido volver a Nueva York para cumplir su sueño: aprender repostería de la mano del mejor, el maître del hotel Taormina, lugar en el que trabaja Kenneth, con quien Laura ha compartido algunos besos anónimos. De desconocidos pasan a ser jefe y empleada y la atracción que sienten no hace más que aumentar ahora que se ven a diario.

Stella trabajó como profesora historia del arte en una prestigiosa universidad italiana pero tuvo que abandonar su empleo para cuidar a su tía, enferma. Ahora trabaja en la biblioteca de un hospital en el que conocerá a Phillip. Su primer encuentro no acabará con buenos resultados, él tiene un carácter que da miedo y ella no se queda atrás y no se deja amedrentar.

Ambas historias son muy distintas: Kenneth y Laura ya se conocen, se desean, pero las cosas no serán fáciles entre ellos, sobre todo porque ella guarda muchos secretos;  la relación entre Phillip y Stella estará marcada por la ceguera de él, que le ha mantenido alejado del mundo y de sus responsabilidades como director de hotel Taormina. Ambas historias destilan dulzura, felicidad y amor. Ambas me han parecido preciosas.

Perfectamente ambientada, Olivia nos introduce en el Nueva York de los años veinte, que aun arrastra algunas heridas de guerra pero brilla con luz propia. En la tierra de la libertad, la mujer cada vez dispone de más derechos (entre ellos el voto) y las protagonistas del libro lo ejemplifican a la perfección: mujeres trabajadoras que quieren disfrutar de su libertad y pasarlo bien pero que todavía tienen que enfrentarse al machismo. A pesar de la buena ambientación, a veces, por el comportamiento de los personajes me daba la sensación de que la historia estaba ambientada en la época actual. Al leer la sinopsis, esperaba que la Ley Seca tuviera más peso en la trama y la verdad es que solo aparece un poco de refilón.

La historia tiene como eje la vida en hotel, por alguna u otra razón todos los personajes tienen algo que ver con él, conociendo como es el día a día allí, tanto desde las altas esferas como desde los trabajos más humildes. El Taormina está recibiendo malas críticas desde algunos periódicos, críticas injustificadas, pero como la gente se deja llevar por lo que oye, Kenneth y Phillip temen que les pueda afectar por lo que se dedicarán a buscar al traidor.

Kenneth y Phillip se han criado juntos, son como hermanos, pero han pasado un tiempo alejados debido al retiro de Phillip por la ceguera, que ha obligado a Kenneth a asumir todas sus responsabilidades, ahogándolo en el trabajo y avinagrándole en carácter. Ambos son un par canallas encantadores, que saben que con una sonrisa suya hacen temblar a la mujer más fuerte, y no dudan en usarlo. También son un par de bobos que se derriten por amor y que harán las delicias del lector: frases picantes, detalles dulces… Me han encantado los dos.

Laura desea tener la oportunidad de vivir tal y como quiere, de ser libre y cumplir su sueño teniendo en cuenta que el futuro que la espera no es lo que desea para sí misma. Su padre, dueño de importantes hoteles en Boston, quiere que se dedique al negocio familiar y se deje de sueños. Los tres meses de los que dispone en Nueva York la van a permitir crecer como mujer, hacerse más fuerte y confiar un poco más en sí misma. Stella es dulce y preciosa, se encuentra un poco perdida, con un empleo que no es el que ella querría y sin un plan se futuro asegurado.

Junto con los protagonistas aparecen un amplio número de personajes secundarios que aportan mucho a la historia: Greg, el primo de Laura y su casi hermano, que cuidará de ella mientras está en la ciudad; Satur, un amigo de Greg que ayudará a Laura a entrar a trabajar al Taormina; Annette, enfermera del hospital en el que trabaja Stella; Lucía, Ofelia y Flora una señoras mayores de lo más divertidas; Marcus McKerrigan-Montero, padre de Laura; Helen, su hermana; Edward Flint, el hombre que espera a Laura en Boston con el deseo de casarse con ella… Podría seguir pero creo que a estas alturas ya habréis captado la idea. 

La pluma de Olivia me ha parecido fantástica, ha conseguido transmitir la belleza del amor con un cuidado y un mimo envidiables. Equilibra perfectamente los diálogos (bastante chispeantes), la narración y las descripciones. La historia fluye con naturalidad, pasas hojas sin darte cuenta, metida por completo en la historia, disfrutando con los tira y afloja de los personajes, con las palabras picantonas de ellos y, sobre todo, disfrutas viendo como las relacionen avanzan y el amor, tierno y delicado, va llenándolo todo.

Delicias y secretos en Manhattan sencilla, tierna y preciosa, con el amor presente en cada página. Olivia hace gala de una narrativa cuidada, nos presenta a unos personajes encantadores, reales e imperfectos, y en pleno años veinte construye historias de amor que hacen las delicias del lector.