Reseña: Profundidad de la medianoche

Profundidad de la medianoche

Autora: Lara Adrian            Género: R. Paranormal

Editorial: Terciopelo            Serie: 9º Raza de la medianoche

A los dieciocho años, Corinne Bishop era una joven hermosa y llena de vida, con una existencia privilegiada como hija adoptiva de una familia de dinero. Su mundo cambió en el instante en que fue raptada y retenida como prisionera por el malévolo vampiro Dragos. Después de muchos años de cautividad y tormento, Corinne es rescatada por la Orden, un equipo de guerreros vampiros enrolados en una guerra contra Dragos y sus seguidores. Además de haberla despojado de su inocencia, Corinne había perdido también una parte de su corazón… lo único que le daba esperanzas durante su calvario y lo único que le importa ahora que es libre.

El guerrero Hunter es el encargado de proteger a Corinne durante su regreso a casa. Uno de los asesinos más letales de Dragos, Hunter, trabaja ahora para la Orden, y está empeñado en hacer que Dragos pague por sus muchos pecados. Unido a Corinne por su mutuo deseo, Hunter tendrá que decidir hasta dónde está dispuesto a llegar para acabar con el reinado de maldad de Dragos… aunque llevar a término su misión signifique hacer pedazos el tierno corazón de Corinne.

Cuando un autor escribe una serie es normal que no mantenga en todos los libros el mismo nivel. Esto le ha ocurrido a Lara Adrian, que ha sabido engancharme a su serie Raza de la medianoche, a pesar de que comencé con mal pie y algunos libros me han parecido algo flojos. Pero luego, por suerte, hay libros como este, Profundidad de la medianoche, que me engancha por completo y que soy incapaz de soltar hasta haberlo terminado. La novela empieza con fuerza, te mete de lleno en la acción y presenta con bastante acierto a la pareja protagonista.

Corinne ha pasado varias décadas bajo el control de Dragos, sometida a su crueldad, viviendo entre la oscuridad, el dolor, la vergüenza y la desesperanza. Pero, por fin, ha recuperado su libertad gracias a la Orden y lo único que quiere es reencontrarse con su familia. Para que llegue sana y salva a casa, Lucan convierte a Cazador en su guardián. Dado que las cosas nunca resultan sencillas para la Orden, no con Dragos y su séquito planeando su jugada maestra, la simple misión de Cazador se complica, lo mismo que la existencia de miembros de la Orden, que tendrán que hacer frente a una amenaza que pondrá en peligro la vida de todos.

Me gusta la crudeza de la historia, que la autora no la enmascare ni pase por alto las escenas de acción. Hay persecuciones, peleas, asesinatos… el mundo que Lara Adrián ha creado es complicado, hay varias fuerzas que pelean por el poder, las traiciones están a la orden del día y la muerte los acecha a todos. Otro de los elementos que más me ha hecho disfrutar ha sido el reencuentro con otros personajes de la saga. Siempre siento nostalgia por los protagonistas de los diferentes títulos de las series y me gusta conocer cómo les va la vida. En esta ocasión vemos de cerca lo bien que les van las cosas a Lucan y a Gabrielle, cómo la vida de Dante y Tess está a punto de verse completada… Pero también somos conscientes de lo cerca que están de perderse otros, como Chase, cuya historia se vuelve más cruda en este libro, acapara gran parte del protagonismo y te deja con ganas de conocer el resto.

La pareja protagonista, formada por Cazador y Corinne, me ha convencido. La situación en la que ambos están y el carácter que las circunstancias les han obligado a desarrollar han permitido que la relación entre ellos me atrajera desde el inicio pues venía en ella mucha ternura. Él es hosco, frío, duro y letal, todo un asesino que no conoce el calor de la familia ni la camaradería de los amigos. Por todo ello resulta especialmente bonito, aunque un pelín precipitado, ver como conoce otra forma de vida y descubre la pasión y el amor. Los traumas que arrastran Corinne son numerosos, su vida ha sido un infierno durante setenta y cinco años, y a pesar de ello se ha mantenido cuerda y fuerte. Me hubiera gustado que la autora le diera un poco más de tiempo para superar sus problemas, que no pasara todo tan deprisa, aunque ha logrado sorprenderme con algún elemento de su historia.

Como es habitual, el libro continúa con el hilo argumental que conduce la serie, a la vez que prosiguen el resto de historias que quedaron pendientes en los anteriores libros. La autora se maneja bien en las escenas de acción y sabe mantenerte en tensión, pero, sobre todo, te deja con la miel en los labios, rogando por tener en tus manos el siguiente libro. Su estilo es sencillo y ágil y la novela engancha y se lee del tirón.

Profundidad de la medianoche: una historia de amor tierna y pasional, una guerra encarnizada, muchas escenas de acción y demasiadas cuestiones en el aire. ¡Quiero ya el siguiente!