Reseña "Sabor a chocolate"

Título: Sabor a chocolate

Autor: Jose Carlos Carmona

Argumento:

Hace más de sesenta años, Adrian Troadec vio a una chica salir de una clase de música. Dos guerras mundiales después, aún funciona la fábrica de chocolate que abrió para conquistarla.

Entre dos continentes, partidas de ajedrez y notas de violín, Sabor a chocolatees una sinfonía incompleta de amor y de sueños. Una novela tan intensa y adictiva como el mejor chocolate.

Opinión:

Setenta y nueve años en  ciento cincuenta y seis páginas, del 1922 al 2001. Ciento cincuenta y seis páginas repletas de emociones. Hacía tiempo que un libro no me gustaba tanto, que no me atrapaba de esta forma, haciéndome leer sin parar, devorando páginas con ansiedad.

La historia comienza de manera sencilla, un joven y humilde muchacho, Adrian Troadec, se enamora de una jovencita,  Alma Trapolyi. Adrian, que por ese tiempo trabajaba como repartidor de leche, comienza a urdir un plan para conocer y enamorar a Alma. Como ella toca el violonchelo, él decide hacerse músico y así poder conquistarla, pero como no tiene dones musicales, abandona ese camino y comienza a jugar al ajedrez, alcanzando una posición notable en ese ámbito. Gracias a su habilidad en el ajedrez conoce al padre de ella y comienzan a jugar partidas diarias en casa de Alma. Pero tampoco eso funciona, Alma sigue sin prestar atención a Adrian. Él no se da por vencido y busca otra forma de acercarse a ella. Sabe que la joven siempre toma algo dulce después de uno de sus conciertos y se decide así a abrir una tienda de chocolate en el camino que ella siempre recorre para volver a casa. Se inicia una amistad entre ellos pero Adrian no consigue que Alma le quiera. Un día, llegará un aviador norteamericano del que Alma se enamorará y con el que se casará, yéndose a vivir a Estados Unidos. A Adrian no le queda más que soportar el dolor y resignarse a vivir sin ella. Pero la vida no es sencilla para nadie y Alma no encuentra la felicidad allí a donde ha ido. Descubre el nuevo mundo, las luces de América la deslumbran pero sólo durante un breve periodo de tiempo, después, comienza a añorar su casa, a su amigo Adrian, a su padre… Se ha casado con un hombre que se pasa los meses fuera de casa y además, no ha sido capaz de concebir hijos. La vida sigue en Suiza, su país natal, y Adrian irá abriéndose camino entre chocolate, una guerra y la soledad.

Esta novela ha sido como abrir un álbum de fotos. En él se recogen los momentos más importantes en la vida de alguien, obteniendo de ellos un breve vistazo. Ante nuestros ojos pasan la vida de Alma, de Adrian y de algunos personajes más, centrándose en lo importante, en los hechos reseñables y en las emociones más fuertes. Es también un recorrido por la historia de la humanidad en los últimos dos siglos.

Es un libro  que habla del amor, pero de un amor triste, no culminado. Refleja la otra cara del amor, diría yo. Un hombre que durante toda su vida amó a una mujer y que cuando pudo estar con ella, la vida o el destino, le quito la oportunidad.

La soledad es otro de los temas que el libro abarca. Adrian no quiere estar solo, seguramente porque le da terror acabar así sus días.  El padre de Alma también se entristece cuando su hija le abandona; lo mismo le ocurre a Alma, casada y condenada a la soledad. Su retorno años después a  Suiza no es más que el intento de acabar con esa soledad que durante tantos años la ha perseguido.

No podemos olvidar el tiempo en el que la historia se desarrolla, es fundamental y hay constantes recordatorios de ello en cada capítulo.  Las Primera y la Segunda Guerra Mundial, el reconocimiento de los derechos de los negros, la Guerra Civil española, los presidentes de EE.UU. … pero también acontecimientos culturales: el estreno de (Alfred Hitchcock),el cine de Marilyn Monroe, variadas piezas musicales…

Historia corta pero densa, con capítulos breves (no más de una o dos páginas). Escrita de una manera sencilla pero directa. Entre capítulo y capítulos hay grandes saltos temporales, pueden pasar años. También varía la extensión temporal de cada capítulo; en uno pueden pasar años mientras que en otro se describe con detenimiento una partida de ajedrez. Parece casi un ejercicio de escritor, un experimento.

Melancolía, tristeza y la irrefutable verdad de que no se puede luchar contra muchas de las cosas que la vida nos pone delante, son las sensaciones que el libro me ha dejado. Un delicioso bocado, altamente recomendado.