Semana temática: El infierno de Gabriel (6)

El infierno de Gabriel

Autor: Sylvain Reynard           Género: R. Contemporáneo
Editorial: Esencia                       Serie: 1º- Gabriel

El misterioso y atractivo profesor Gabriel Emerson, reconocido especialista en Dante, es un hombre torturado por su pasado y orgulloso del prestigio que ha conseguido, aunque también es consciente de que es un imán para el pecado y, especialmente, para la lujuria. 

Cuando la virtuosa Julia Mitchell se matricula en el máster que Gabriel imparte en la Universidad de Toronto, la vida de éste cambia irrevocablemente. La relación que mantiene con su nueva alumna lo obligará a enfrentarse a sus demonios personales y lo conducirá a una fascinante exploración del sexo, el amor y la redención. 

El infierno de Gabriel es una novela romántica diferente, empezando porque está escrita por un hombre (¡sí, ellos también pueden escribir buenos romances!). El amor y la redención son sus principales ingredientes, a los que acompañan unos protagonistas atractivos, una trama sólida, apoyada en Dante y Beatriz (personajes de la Divina Comedia) y un estilo fluido.

Julia Mitchell encarna la luz, la bondad, la serenidad, la virtud… Una mujer sencilla, que lleva una vida modesta y aspira a ser algún día profesora universitaria, para lo que tiene que pasar por el seminario de Gabriel Emerson, un hombre que vive más cerca de la oscuridad que de la luz. Entre ellos surge algo muy especial, pero las cosas no resultan sencillas para ellos, los errores, el pasado, las debilidades, los miedos… harán acto de presencia y pondrán muchas dificultades a la pareja.

El infierno de Gabriel  no es una novela erótica, al menos no en el sentido comúnmente conocido. Para mí es una obra sensual, en la que el contacto físico entre los protagonistas es importante, una vía para mostrar su preocupación, cariño y confianza en el otro, pero no la base del libro o de la relación entre Gabriel y Julia. Gabriel es todo un seductor, se vale de su cuerpo y de sus palabras para cautivar a Julia, pero ese carácter seductor es patente también en sus propios apetitos, en su forma de ver la vida y de encarar su relación con Julia (especialmente en lo que se refiere al trato que le da).

Sus protagonistas (de los que podéis saber un poco más aquí) están bien desarrollados, son sólidos y coherentes, y evolucionan en el transcurso de la trama. Gabriel es el principal causante de que el libro me haya gustado tanto; derrocha atractivo, tiene ese algo que engancha, que le hace especial.

No es demasiado habitual encontrarse con novelas RA en las que la trama es un romance prohibido entre un profesor y una alumna. En mi caso ha supuesto una novedad, un soplo de aire fresco. Me he sumergido en el mundo universitario canadiense y en los peligros que supone mantener una relación que puede acabar con el futuro laboral de dos grandes profesionales.

Otro de los puntos fuertes de la novela es que incorpora a la trama referencias a la literatura, a la religión, al arte y a la música. Enriquece el texto, le aporta mayor profundidad a la trama (especialmente por la comparación que se establece entre Gabriel y Julia y Dante y Beatriz) y resulta enriquecedor para el lector. Me hubiese gustado que el autor o la editorial hubieran añadido algunas notas a pie de página para explicar ciertas referencias (tanto a obras como a personajes).

El estilo del autor destaca por su fluidez y por su capacidad de poner sobre la mesa todo lo que sienten los protagonistas. Sí, esta es una historia en la que lo que priman son los sentimientos, de ahí que no tengan un ritmo especialmente rápido, algo que no me ha molestado en absoluto porque me ha permitido conocer en profundidad a los personajes y su relación, haciéndome consciente de lo que sienten en cada momento. 

El infierno de Gabriel  es una novela profunda, con preciosas reflexiones. En la trama se aprecian dos partes claramente diferenciadas: la primera de ellas en la que el ingrato de Gabriel se lo hace pasar muy mal a Julia, y la segunda de ellas, copada de ternura, dulzura y delicadeza, en la que conocemos la otra cara de los personajes.

El infierno de Gabriel derrocha sensualidad y romanticismo, ofrece una historia emocionante y dulce y un protagonista que se mete en el bolsillo al lector.